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martes, 23 de noviembre de 2010

capitulo 2

—Esa (tn) es extraña —oí que le decía la señora Peevish
a otra profesora, mientras yo pasaba dando saltos al lado del
lloroso Trevor, quien ahora descargaba su ira contra el asfalto.
Le lancé un agradecido beso con mi mano mordida y mostré la
herida con orgullo mientras me subía al columpio. Ahora podría
volar, ¿verdad? Aunque necesitaría algo que me hiciera coger
mucha velocidad. El asiento se elevó hasta el nivel de la par-
te superior de la valla, pero yo quería alcanzar las esponjosas
nubes. Cuando salté, el oxidado columpio empezó a combarse.
Tenía planeado volar a través del patio hasta alcanzar al sorprendido
Trevor. Sin embargo, me precipité al fango, lastimándome
aún más mi mano mordida. Lloré más por el hecho de
no poseer poderes sobrenaturales como los de mis héroes de
televisión que por mi carne palpitante. Con el mordisco envuelto
en un trapo con hielo, la señora Peevish me sentó contra
la pared para que descansara mientras Trevor, el mocoso
mimado, jugaba con total libertad. Me lanzó un beso burlón y
dijo «Gracias». Le saqué la lengua y le dediqué un insulto que
había oído en boca de un gánster en El Padrino. La señora Peevish
me hizo entrar inmediatamente. Me hicieron entrar muchas
veces durante mis recreos infantiles. Mi destino era tomarme
un descanso de mis descansos.

no quiero hablar mas de esto.

En el cartel de bienvenida de mi pueblo debería poner
«Bienvenidos a Dullsville: ¡mayor que una cueva pero
lo suficientemente pequeño como para sentir claustrofobia!
»
En Dullsville viven 8.000 personas que se parecen entre sí
en casas idénticas rodeadas de campos de cultivo. La climatología
(hace sol todo el año) es absolutamente deprimente. Las
vías del tren de mercancías que pasa por el pueblo a las 8:10 separan
el lado equivocado del correcto, los campos de trigo del
campo de golf, los tractores de los carritos de golf. Creo que el
pueblo sufre una regresión. ¿Cómo es posible que la tierra en
la que se cultiva maíz y trigo valga menos que la que está llena
de trampas de arena?
El centenario palacio de justicia se asienta en la plaza mayor.
No me he metido en suficientes líos como para que me
arrastren allí. Todavía. Alrededor de la plaza hay tiendas, una
agencia de viajes, una tienda de informática, una floristería y
un cine donde se ven reposiciones a buen precio.
Ojalá nuestra casa estuviera sobre las vías del tren y tuviera
ruedas para que pudiéramos salir del pueblo, pero vivimos en
el lado correcto, cerca del club de campo. Dullsville. El único
lugar emocionante es una mansión abandonada que una baro-
nesa exiliada construyó en lo alto de Benson Hill, donde murió
completamente sola.
Sólo tengo una amiga en Dullsville: Becky Miller, una chica
de granja que es aún menos popular que yo. Cuando nos conocimos,
estábamos en el tercer curso. Yo estaba sentada en las
escaleras de la escuela esperando que mi madre viniera a recogerme
(tarde, como siempre) cuando reparé en una niña revoltosa
encogida al pie de las escaleras que lloraba como un
bebé. No tenía amigos porque era muy tímida y vivía al este de
las vías. Era una de las pocas niñas granjeras que había en la escuela
y se sentaba dos filas por detrás de mí.
—¿Qué ocurre? —pregunté, sintiendo lástima por ella.
—¡Mami se ha olvidado de mí! —gritó, tapándose el infeliz
rostro cubierto de lágrimas con las manos.
—No, no lo ha hecho —la consolé.
—¡Nunca llega tan tarde! —gritó.
—Quizá esté en un atasco.
—¿Tú crees?
—¡Claro! O quizá recibió una llamada de uno de esos vendedores
entrometidos que siempre preguntan «¿Está tu madre
en casa?»
—¿De verdad?
—Pasa constantemente. O quizás tuvo que parar a comprar
aperitivos y había mucha cola en el 7-Eleven.
—¿Haría eso?
—¿Por qué no? Tenéis que comer, ¿no? Así que no temas,
pronto estará aquí.
Y efectivamente, apareció una camioneta azul con una madre
apenada y un simpático y peludo perro ovejero.
—Mi mami dice que puedes venir el sábado si a tus padres
les parece bien —dijo Becky mientras corría hacia mí.
Nunca nadie me había invitado a su casa. Aunque no era
tan tímida como Becky, era igual de impopular.
Siempre llegaba tarde al colegio porque me dormía, llevaba gafas de sol en
clase y tenía mis propias opiniones, lo cual era muy poco común
en Dullsville.
Beky tenía un patio trasero del tamaño de Transilvania, un
lugar genial para esconderse, jugar a ser monstruos y comer todas
las manzanas que cupieran en el estómago hambriento de
una persona de tercer curso. Yo era la única de mi clase que ni
le pegaba, ni le ignoraba, ni le insultaba. Es más, pateaba a
quien lo intentara. Era mi sombra tridimensional. Yo era su
mejor amiga y su guardaespaldas. Aún lo soy.
Cuando no jugaba con Becky, pasaba el tiempo pintándome
los labios y las uñas de negro, desgastando aún mas mis ya
de por sí roídas botas militares o sumergiéndome en las novelas
de Anne Rice. Tenía once años cuando fui con mi familia
de vacaciones a Nueva Orleans. Mamá y papá querían jugar al
blackjack en el casino flotante Flamingo. El Raro quería visitar
el acuario y yo sabía lo que quería: visitar la casa donde nació
Anne Rice, los sitios históricos que había restaurado y la mansión
que era ahora su hogar.
Permanecí en estado de trance a las puertas de su mega
mansión gótica mientras mi madre, a la que no había invitado,
me acompañaba. Podía intuir los cuervos que nos sobrevolaban,
a pesar de que probablemente no hubiera ninguno. Era
vergonzoso no haber venido de noche porque todo habría sido
mucho más hermoso. Algunas niñas que tenían un aspecto parecido
al mío hacían fotos desde el otro lado de la calle. Quería
acercarme a ellas y decir «Seamos amigas. ¡Podríamos recorrer
el cementerio juntas!». Por primera vez en mi vida sentí
que encajaba. Me encontraba en la ciudad en la que los ataúdes
se apilan a la vista de todos en vez de esconderse bajo tierra.
Había chicos universitarios con crestas rubias de diferentes
tonalidades. Por todas partes había gente con estilo, excepto en
Bourbon Street, donde los turistas parecían recién llegados de Dullsville.

Cuando hayan 15 comentarios subo cap (: espere que les aya gustado

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